miércoles, 7 de abril de 2010

EL HUNDIMIENTO de Olivier Hirschbiegel



No os voy a poner deberes sobre "El hundimiento" pero sí me gustaría que leyerais el siguiente artículo de la película y dejarais un comentario como regalo.

FICHA TÉCNICA:

Dirección: Olivier Hirschbiegel. País: Alemania. Año: 2004. Duración: 150 min. Género: Drama. Interpretación: Bruno Ganz (Adolf Hitler), Alexandra Maria Lara (Traudl Junge), Corinna Harfouch (Magda Goebbels), Ulrich Matthes (Joseph Goebbels), Juliane Köhler (Eva Braun), Heino Ferch (Albert Speer), Christian Berkel (Schenck), Matthias Habich (Werner Haase), Thomas Kretschmann (Hermann Fegelein), Ulrich Noethen (Heinrich Himmler). Guión: Bernd Eichinger; basado en el libro "El hundimiento: Hitler y el final del Tercer Reich" de Joachim Fest; y en el libro "Hasta el último momento: La secretaria de Hitler cuenta su vida" de Traudl Junge y Melissa Müller. Producción: Bernd Eichinger. Música: Stephan Zacharias. Fotografía: Rainer Klausmann. Montaje: Hans Funck. Diseño de producción: Bernd Lepel. Vestuario: Claudia Bobsin. Estreno en Alemania: 16 Sept. 2004. Estreno en España: 18 Febrero 2005.

SINOPSIS:

Berlín, abril de 1945. Una nación está a punto de sufrir su hundimiento. Una encarnizada batalla se libra en las calles de la capital. Hitler y su círculo de confianza se han atrincherado en el búnker del Führer. Entre ellos se encuentra Traudl Junge, secretaria personal de Hitler. En el exterior, la situación se recrudece. A pesar de que Berlín ya no puede resistir más, el Führer se niega a abandonar la ciudad. Mientras el sangriento peso de la guerra cae sobre sus últimos defensores, Hitler prepara su despedida final. Horas antes de suicidarse juntos, él y Eva Braun contraen matrimonio. Sus cadáveres deben ser incinerados para que no caigan en manos del enemigo. Muchos otros optan por el suicidio. Cuando la situación se hace insostenible, Magda Goebbels envenena a sus seis hijos y seguidamente su esposo y ella se quitan la vida. Poco después, Traudl Junge y otros supervivientes consiguen escapar en el último momento...

CRÍTICA:

Basada en El hundimiento: Hitler y el final del Tercer Reich de Joachim Fest, y nominada como Mejor Película Extranjera de la 77 entrega de los Oscar, El Hundimiento es un drama lento y extenso (dos horas y media), pero no por ello aburrido. Este filme es el tercer trabajo del director alemán, Oliver Hirshbiegel, quien realiza un estupendo trabajo de dirección en esta cinta cruda e interesante, que no solo es impactante por su historia sino también porque es una película de nacionalidad alemana basada en los últimos días de Hitler en el poder. El filme es cautivador y consigue hipnotizar al espectador, especialmente aquel que guste de las películas históricas, biográficas y/o dramáticas. La historia transcurre en abril de 1945, en la ciudad de Berlín, en los últimos días del poderío nazi en Europa. Hitler y su círculo se han atrincherado en el bunker del Führer. Mientras ellos se esconden, en las calles la situación se recrudece. Así, Hitler prepara su despedida casándose con Eva Braun, con quien se suicida mas tarde. Todo debe desaparecer, sus cadáveres, los archivos, y cualquier detalle que pueda delatar las maniobras e intereses nazis. Muchos otros militares y políticos optan por el suicidio como única salida. Así, El hundimiento se podría definir como una crónica de los últimos momentos de Hitler, mostrando un testimonio muy particular de Hirschbiegel sobre la habilidad del ser humano de triunfar y fallar, y la búsqueda del poder y superioridad de una manera que desafía la razón y el sentido común. Bruno Ganz es estupendo en el papel de Hitler, captando la ira y el dolor del engaño que un personaje como él pudo haber sentido, además de la locura y desesperación de los últimos momentos, transmitiendo no solo a través de las palabras, sino también con sus gestos. El hundimiento es una película difícil pero brillante y perfectamente desarrollada que nos habla de la parte más trágica en la historia de la humanidad y de la perdida del poder; con el propósito de mostrarnos una lección sobre la historia que se repite continuamente.

CÓMO SE HIZO "EL HUNDIMIENTO"
Notas de producción © 2004 DeAPlaneta

Cuando el escritor y productor Bernd Eichinger leyó las galeradas del libro Der Untergang (El hundimiento: Hitler y el final del Tercer Reich), del historiador Joachim Fest, supo que había dado con el elemento dramático necesario para la película que llevaba décadas soñando con hacer y que nunca había podido debido a su alcance. (...) «Los últimos días nos muestran claramente cómo el fanatismo de masas funcionó en los primeros años del régimen y cómo siguió reinando hasta su triste final», explica Eichinger. Por la época en que leyó el de Fest, Eichinger leyó también otro libro muy importante, las memorias de Traudl Junge, la secretaria personal de Hitler, titulado Hasta el último momento: la secretaria de Hitler cuenta su vida. «Fest me aportó el marco temporal, y Traudl Junge el personaje que lo aglutinaría todo», explica.

EL HUNDIMIENTO es la primera película alemana que trata abiertamente el tema de Hitler desde Der Letzte Akt (1956), de G. W. Pabst, narrada desde el punto de vista de un simple soldado alemán interpretado por Oskar Werner. El director de EL HUNDIMIENTO, Oliver Hirschbiegel, afirma: «En lo que respecta a la historia del cine alemán, estamos abriendo brecha, ya que no existe ningún marco de referencia cinematográfico. Después de leer el libro supe que si me comprometía a hacerlo, tendría que ser un compromiso total, pues iba a vivir dos años de mi vida en el Tercer Reich, con todos esos personajes y esa ideología primitiva... Se me ponían los pelos de punta. Mi esposa me aconsejó que no lo hiciera. Sin embargo, sabía que no me quedaría tranquilo, y en mi corazón, antes de aceptar el proyecto, sabía que ya me había abierto a él...»

El actor Bruno Ganz fue la primera opción del director para interpretar el personaje de Hitler. (...) Eichinger recuerda que, durante las pruebas de pantalla en Munich, «Bruno estaba un poco preocupado, y le sugerí que probara a hacerlo caracterizado. Y funcionó enseguida. Cuando la sesión de maquillaje terminó, Bruno salió con el traje (se había preparado muy bien para la prueba de pantalla) y el efecto fue tan impresionante que todo el equipo se quedó en silencio. (...) «Yo mismo estaba bastante perplejo de ver lo mucho que me había acercado a Hitler, al menos en la apariencia. Y luego se apoderó de mí esa pura ambición que todos los actores tenemos: quería aquel papel». (...) El actor cuenta: «Recuerdo perfectamente una escena en la que tenía un niño en el regazo que estaba cantando la canción Kein schöner Land in dieser Zeit. Sabes que ese niño y sus hermanos serán asesinados poco después por sus propios padres, los Goebbels. Era horrible. Es uno de esos momentos en los que de verdad te gustaría salir corriendo. También hubo otros momentos difíciles, rodando algunas escenas y con algunos diálogos, como las arengas terriblemente antisemitas. Pero cuando decidí aceptar el papel, sabía en lo que me metía». (...) Para Alexandra Maria Lara, que interpreta a Traudl Junge, la secretaria personal de Hitler, es una cuestión de comprensión. «Intenté imaginarme lo que aquella joven, a la que en realidad le habría gustado ser bailarina, debió de sentir durante aquellos oscuros días de la guerra —explica—. Y cómo debió de sentirse al darse cuenta paulatinamente de la espantosa pesadilla de la que era parte (¡ella, que admiraba a su jefe y lo veneraba casi como a un padre!) ¿Que si puedo entender a Traudl? Tengo que entenderla para interpretarla. Aunque, ante un tema tan complejo, ésta es una pregunta difícil. (...) En su libro, Hasta el último momento, Traudl Junge dejó claro que la juventud no era una excusa, y que si en aquel momento no sabía nada de la exterminación de los judíos fue porque no quiso. No intentó eludir la culpa y, después de la guerra, nunca se sintió inocente. Respeto a Traudl Junge, porque supo enfrentarse a ella misma y cambiar a través de la reflexión».

A Thomas Kretschmann, que interpreta a Fegelein, el oficial de las SS, el proyecto le pareció demasiado interesante como para rechazarlo. (...) Kretschmann estudió a fondo para preparar su papel. «Como cuñado de Hitler (Fegelein se había casado con la hermana de Eva Braun), se las apañó para trepar hasta la cima. Era un cabrón. Está claro que había muchos otros como él, pero Fegelein era un cabrón especial. De todo lo que he podido leer sobre él se deduce que siempre actuó por su propio interés. También era algo así como “el caprichito de las nenas”, un tipo al que las mujeres querían y los hombres odiaban». (...) El papel del ministro de Propaganda de Hitler, Josef Goebbels, fue un encargo difícil para el actor Ulrich Matthes. «Como actor, tienes que caracterizar a los personajes (incluso a los que te imaginas como monstruos, como demonios malvados) como personas. No puedes “interpretar” al mal. Goebbels no se consideraba malvado, y ésta fue para mí la mayor dificultad, dejar a un lado mis prejuicios morales como ser humano informado y encarnar al personaje como actor».

(...) Se construyó una réplica completa del propio búnker en un estudio de sonido de Bavaria Studios, cerca de Munich. Los actores y el equipo de rodaje pasaron semanas en el interior de este claustrofóbico búnker, decorado con asombrosa fidelidad. Según Bernd Lepel, el director artístico, «no había margen para la fantasía, para la interpretación libre. Nuestra apuesta fue por la autenticidad y logramos el efecto deseado. El escenario del búnker era realmente claustrofóbico. Se construyó de forma que la cámara no tenía por dónde moverse, siempre estaba en medio. Normalmente se llevaba en mano. Sólo empleábamos luz natural, ya que teníamos un techo fijo, sin grandes instalaciones eléctricas por arriba. Queríamos que el público percibiese la fétida claustrofobia del búnker». (...) Para las escenas exteriores, los cineastas tuvieron que encontrar lugares de rodaje que recordaran al Berlín de abril de 1945. «Fuimos a varios sitios, como Bulgaria, la República Checa y Rumania —afirma Eichinger—, pero en San Petersburgo encontramos las calles perfectas. Es increíble lo que se parece a Berlín en la guerra. Allí trabajaron muchos arquitectos alemanes, y eso se nota enseguida».

A finales de 1941, el ejército alemán aisló San Petersburgo, cuando era Leningrado, de Moscú. Durante el invierno de 1941-42, la ciudad estaba totalmente cercada y allí se produjo entonces una de las peores hambrunas de la historia. Más de un millón de personas murieron de hambre. Leningrado sucumbía a una muerte lenta y atroz. Al comenzar la guerra, la ciudad tenía una población de 3’5 millones de habitantes. Sólo sobrevivieron 600.000. (...) El director describe así el verse ante 700 extras rusos vestidos con uniformes nazis en las calles de San Petersburgo para recrear la caída de Berlín: «Sólo nos acompañaba el equipo de rodaje alemán básico y nos pusimos a trabajar con un numeroso equipo ruso. Se portaron de maravilla. La gente era estupenda. Personalmente, creo que poder hacer juntos una película ahora, en esta ciudad, acerca de este tema, dice mucho de lo lejos que hemos llegado».

«Queríamos rodar esta película en alemán, con actores alemanes y un director alemán —apostilla—. El régimen nazi y la Segunda Guerra Mundial son, sin lugar a dudas, los acontecimientos más tenebrosos, los más traumáticos, de la historia de Alemania. Mi generación nació después de la guerra pero, por supuesto, se trata también de nuestra historia, y tenemos que vivir con ella. Creo que ya era hora de que los cineastas alemanes se atrevieran a llevar este material a la pantalla. Debe quedar en las mentes de todas las generaciones que la intolerancia, el racismo y el fanatismo conducen inexorablemente a la perdición».

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